Fotos: Jocelyn Flores

El Fuck Off Room de la Ciudad de México se convirtió anoche en el epicentro de la brutalidad sonora. Suffocation, leyenda viva del brutal death metal estadounidense, desató un vendaval de poder y técnica que dejó a todos los presentes atónitos. Formados en 1988 en Long Island, Nueva York, Suffocation demostró por qué siguen siendo uno de los pilares indiscutibles del género.

La velada comenzó con la potencia de Surgery, banda mexicana que encendió los motores de la noche con una actuación impecable. El público los recibió con los puños en alto y sin titubear, entregándose de lleno desde los primeros riffs. Surgery no solo abrió la noche; la incendiaron, preparando el terreno para lo que sería una auténtica carnicería sonora.

Desde el primer acorde, la energía en el recinto fue simplemente incontrolable. Los mosh pits se formaron de inmediato y jamás se detuvieron, convirtiendo el lugar en un torbellino de cuerpos que chocaban al ritmo del death metal más feroz. La conexión entre banda y audiencia fue total, un solo organismo movido por la violencia de la música.

Suffocation desató una descarga demoledora de clásicos y nuevas bombas sónicas. Temas como «Seraphim Enslavement», «Dim Veil of Obscurity», «Funeral Inception» y «Perpetual Deception» retumbaron con una ferocidad imposible de ignorar. Cada tema era recibido con un rugido ensordecedor y una oleada de mosh que parecía devorar todo a su paso.

Fue una noche para recordar: cruda, intensa y absolutamente brutal, tal como debe ser un verdadero ritual de death metal. Suffocation dejó claro que, a más de tres décadas de su formación, su reinado de brutalidad sigue tan imponente como siempre. Y México, como siempre, respondió a la altura: entregado, frenético e insaciable.

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