El 10 de octubre de 2025, la Ciudad de México fue testigo de una noche histórica. Aunque la lluvia no dio tregua y complicó las vialidades, nada pudo apagar la emoción de miles de fans que se congregaron en el Foro Velódromo para despedir a una de las bandas más queridas y legendarias del punk mundial: The Adicts, quienes ofrecieron su último concierto en el país como parte de la gira “Adiós Amigos”.
La cita prometía una velada memorable, acompañada de dos proyectos nacionales que han dejado huella en la escena: Bloody Benders y Mess.

La noche abrió con Bloody Benders, quienes tomaron el escenario con su distintiva mezcla de punk clásico y horror punk. Con máscaras inspiradas en íconos del cine de terror y temas que evocaban películas de culto, las cinco integrantes hicieron retumbar el foro al grito de “We Are The Riot!”. Su energía y presencia escénica conquistaron al público desde el primer acorde, cerrando su participación entre gritos y aplausos.

Luego fue el turno de Mess, quienes trajeron desde Guadalajara una dosis de furia y técnica con su característico estilo de metal y punk agresivo. Con una conexión inmediata con el público, los primeros mosh de la noche no tardaron en aparecer. La banda, que ya ha brillado en escenarios como el Off Limits, volvió a demostrar por qué es una de las propuestas más sólidas del género en México.

Pero la verdadera catarsis llegó con el acto principal. El Foro Velódromo lucía completamente lleno y la emoción era palpable cuando sonó el clásico de Rossini que dio paso al icónico soundtrack de A Clockwork Orange. Las luces se apagaron y uno a uno los miembros de The Adicts aparecieron en escena, culminando con Monkey, quien irrumpió en su característico atuendo blanco, sombrero bombín y maquillaje de payaso.

El rugido del público marcó el inicio con “Let’s Go”, seguida por “Joker in the Pack” y “Horrorshow”, mientras Monkey lanzaba cartas de póker al público, un gesto simbólico que muchos atesorarán como recuerdo de esta despedida. Cada canción —“Johnny Was a Soldier”, “Straight Jacket”, entre muchas otras— fue coreada con una intensidad que convertía cada verso en una celebración.

El clímax llegó con un grito colectivo de ¡Viva la revolución!, donde el slam, los coros y las lágrimas se mezclaron en un último estallido de energía. Fue una despedida emotiva, caótica y gloriosa, como solo The Adicts podrían ofrecer.

Ni la lluvia, ni los portazos, ni el caos logístico lograron empañar una noche que será recordada como una de las más significativas del año. Al final, la banda compartió imágenes del concierto en sus redes, agradeciendo al público mexicano y reafirmando el cariño mutuo que los une desde hace décadas.

📍 Evento organizado por Zepeda Bros, a quienes agradecemos por confiar en nosotros y hacer posible esta noche histórica.