Reseña: Emmanuel Campos
Fotos: Ian F. López
Timo Kotipelto enfermó de amigdalitis por lo que no pudo actuar junto a su banda el pasado miércoles 8 de octubre en Puebla
La cita fue en el Auditorio Explanada, recinto en el que cada vez es más frecuente ver eventos de metal. Para esta ocasión, se retiraron las butacas del primer nivel, así que la entrada fue general. A pesar de ser una banda atractiva en un venue bastante decente, el público poblano pareció no estar muy interesado en el evento, ya que la asistencia fue mínima; alrededor de 200-250 personas, por lo que el auditorio se veía a menos de la mitad de su capacidad.
Hay ciertos miedos que muchos fans tienen al asistir a un concierto, uno es que ya estando en el evento cancele el artista de último momento, o bien que algún miembro de la banda esté indispuesto a tocar esa noche. Lamentablemente este miedo se hizo realidad, alrededor de las 20:20 horas y con un público emocionado, la banda completa subió al escenario, pero no para dirigirse directamente a sus instrumentos, sino para dar un anuncio antes de comenzar; Jens Johansson tecladista y segundo miembro con mayor antigüedad en la banda, tomó el micrófono para anunciar que su vocalista Timo Kotipelto (el cual se encontraba junto a la banda) había perdido la voz, inmediatamente un traductor explicó la misma situación en nuestro idioma, agregando que la banda no estaba dispuesta a cancelar y que realizarían su actuación de manera instrumental. Este anuncio tomó por sorpresa a todos los presentes, que no sabían si sentirse agradecidos o indignados; entre un silencio incómodo se escucharon algunos aplausos y abucheos.

La banda comenzó su set con «Speed of Light», seguida por «Eagleheart» y «Stratosphere», ante una audiencia un tanto apagada e indiferente. Una de las canciones que más emocionó a los fans fue la clásica «Black Diamond», sin embargo, se notaba el sabor agridulce que dejaba esta interpretación al ser solamente instrumental. Para agregarle más sal a la herida, las fallas de audio también hicieron de las suyas, en más de la mitad del concierto fueron notorias generando más molestia en los fans. Siguiendo la actuación con temas como «Holy Light» y «Paradise», la banda demostró que en su ejecución no hay nada que reprocharles, la calidad de los músicos es indiscutible.
Entrando en la recta final, Lauri Porra tocó un solo de bajo en el que hubo fragmentos del Himno Nacional, «…And Justice for All» de Metallica y la tradicional «Cielito Lindo». A continuación, anunció que tocarían «Twilight Symphony», en donde por fin los técnicos se dieron a la tarea de arreglar el audio. Para cerrar, las canciones elegidas fueron «Forever», «Unbreakable» y «Hunting High and Low», temas que fueron aplaudidos por algunos.

Finalmente, ante la misma incomodidad de la agrupación, y con apenas rozando la hora de concierto éste llegó a su fin. La banda se despidió diciendo que era todo lo que tenían, así como ofreciendo disculpas ante un público en su mayoría decepcionado. Mientras se despedían, no faltó quien arrojara objetos al escenario, además de algunos abucheos e insultos ante unos músicos que lo que más deseaban era terminar con tan fatídica y notablemente incómoda noche.
Esperemos que este tropiezo no sea un mal augurio para las siguientes fechas y que estas se puedan realizar con normalidad, deseando a Timo una pronta recuperación.













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